Friday, June 27, 2008

Oda a mi Padre que se queda solo.

En el Hotel Des Etrangers
del Boulevard Saint Michel
nos recibían cada tarde,
habitantes cansados del Paris de otoño.
Padre, entonces, yo no sabía…
¿cuán efímeras eran las flores?
¿cuánto duraba un día?
no
yo no conocía el frio,
creía que las calles terminaban en las esquinas,
pensaba que la lluvia sólo mojaba a algunos
tu me mostraste la ciudad, tu ciudad
te seguí a regañadientes,
por las grandes avenidas
en los cafés
en los parques
en el metro

Sé que rechazé el mejor de tus regalos,
la mejor de las ciudades, tu Paris personal,
De pronto estábamos solos en las salas enormes del Museo del Hombre
bajo la luz amarilla del otoño,
entre todos esos despojos de cien civilizaciones.
No entendí tu ciudad Papá
Paris, eras demasiado…
No me cupiste en la piel.

…y hoy día que llueve sobre el Pacífico ,
el agua lavando la sangre de mis heridas,
de nuestras heridas,
me ha hecho recordar…

No sé si voy a verte de nuevo,
en Paris padre querido.
No sé si voy a poder volver.
y hoy día que yo sé
hoy día es tarde
debiste partir Padre,
dejaste un país,
dejaste un amor,
para venir a mi
para explicarme.

Padre, tú te quedas solo cuando yo me voy,
detrás de los vidrios del aeropuerto,
con los ojos grandes, abiertos…
¿qué hiciste solo, en el frío?

2 Comments:

Blogger Juan Pablo Belair said...

melancólica e imposiblemente hermoso...
desde la impotencia de una hija muda, extranjera por defecto, de piel adolorida y por eso arropada, quizás demasiado...

5:10 pm  
Blogger Benja Blanco said...

gracias por esa dosis de versos que me mantiene atado a este mundo de letras.

8:49 pm  

Post a Comment

<< Home